Historia diminuta

La joven chef se contempla frente al espejo antes de asistir a la cena de fin de año. Después de largas sesiones de trabajo que terminaban en la nochecita, finalmente, llegó el día. Las hermosas mechitas doradas en su cabello disimulan las primeras canas y su cinturita se destaca con el vestido que eligió para esta ocasión. Los hombres llevarán corbatas de pajarita o de moñita porque es un evento formal. 

Mientras se revisa el maquillaje, piensa en la vieja cocinita de su infancia y la mesa cubierta por un mantel de hule con clavelitos de variados colores. En su mesita de noche solo queda una foto borrosa en donde se ve feliz comiendo helados de vasito junto a sus primas. A pesar de los tiempos difíciles, en la merendita de la tarde nunca faltaba una arepita dulce o una tortita preparadas por su madre en la cocinilla de gas. 

Los días de fiesta todos los niños hacían fila para poder comer un perrito caliente con papitas fritas. Entre los snacks había una bandeja desbordada de ganchitos con su impactante color amarillo y sabor a queso, además de unas galletas llamadas masita. Y aunque parezca extraño, entre las bebidas estaba un termo de jugo de jaimito, una fruta que en otras partes de América se llama caimito y es reconocida por su dulzor y propiedades curativas. 

Para ella hoy será distinto y a otro nivel, los bocaditos con que recibirán a los invitados serán panecillos, quesitos puertorriqueños, empanadillas dulces y saladas. En el plato fuerte habrá opciones para todos los gustos. El menú incluye carnes: cabrito al horno con especies francesas, lomito al ajillo, pescados: gallito de rey en salsa verde, aves: mulita (armadillo) con verduras. Para los más osados habrá pancita de res con chile. Los veganos podrán escoger zapallitos (calabacines) al horno gratinados o ensalada de palmito. Como postre tendrán boniatillo y también camotillo. Sin duda, cada uno de estos platos dejará un gustillo en los paladares. 

Y al final de este compromiso, el anhelado descanso, un viaje que la llevará a varios países. Realmente le importa muy poco que le duela la colita por tantas horas en el avión. Al fin podrá conocer la danza llamada bailecito en Bolivia y el cielito en Argentina.  


NOTA: El juego de las palabras cruzadas no permite el uso de diminutivos a menos que estos tengan entrada propia en el Diccionario de la Lengua Española, como los que la autora nos presenta en este escrito. 

Palabras en Juego les recomienda releer…

Frutecer, frutar y frutear

Más zutanejos, pepitos y jaimitos

Autor: Susana Harringhton

Venezolana, profesora universitaria, amante de la literatura, orgullosa de sus raíces. Agradecida por los amigos que la vida y las letras le han regalado.

1 pensamiento en “Historia diminuta

  1. Excelente modo de ofrecer una lista de diminutivos, términos normalmente asociados con valores afectivos y apreciativos, y cuyo uso no siempre es bien visto. Sin embargo, la autora muestra amenamente la faceta gastronómica y cultural de estos grandes aliados en nuestra lengua. Gracias, Susanita.

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